Si tienes miedo a perder el control, lo perderás.
Es curioso ver que la mayoría tenemos una fuerte tendencia a querer controlar qué nos sucede, el cuándo, con quién, de qué manera, etc., cuando en realidad no controlamos absolutamente nada. Es nuestro ego/inercial mental quien utiliza la palabra “control”. Date cuenta que es una ilusión pensar que tienes el poder de determinar qué experiencias vas a vivir, cuándo y cómo las vivirás. Lo único que crea esta forma de pensar es tensión, impaciencia, frustración, miedos, dudas, etc. y todo el arsenal de saboteadores mentales que nos torturan.
Cuando uno tiene miedo a perder el control, lo pierde seguro porque para afrontar ese miedo hay que vivirlo. Por lo tanto, olvídate de querer controlar. Sé inteligente y humilde, no caigas en la trampa de la mente que te engaña con esta falsa creencia. La vida es un continuo devenir de acontecimientos buenos y no tan buenos. Y es ella quien elige en cada momento lo que necesitas experimentar para tu continua evolución.
Pregúntate: ¿Qué es lo que creo controlar? ¿qué significa para mí perder el control? ¿qué es lo peor que podría pasar si perdiera el aparente control? Seguro que no hay para tanto.
En los procesos de coaching, me encuentro a muchas personas que les cuesta actuar por el miedo a perder el control. Es absurdo paralizarse por el querer controlar. Cuanto más quieras controlar, menos lo harás. La vida te demostrará una y otra vez que ella está al mando. Te traerá situaciones que para ti son inaceptables para que practiques tu habilidad de aceptación.
Haz lo que sientas en todo momento y confía en que obtendrás el mejor resultado posible (te aseguro que es siempre así aunque a veces no lo comprendamos). Recuérdate a ti mismo constantemente que no controlas nada. Cambia esta palabra por “gestionar”. Aprende a autogestionarte, pase lo que pase. Suelta toda la rigidez queriendo las cosas a tu manera, sé flexible, abraza todo lo que te venga y disfruta del cambio permanente. La vida siempre te ganará la batalla.
Cuando uno aprende a vivir sin control, es libre de verdad. Si quieres experimentar la libertad, inherente a tu propia naturaleza, suelta el control y sé como el agua de un río fresca, pura, en continuo movimiento. El anhelo a controlar te impide ser quién eres.
¿Qué eliges: querer controlar o ser realmente auténtico?
Me despido con una cita de Hermann Hesse que refleja estas ideas: “Aquella agua fluía y fluía sin cesar, y a la vez estaba siempre ahí, era siempre la misma aunque se renovara a cada instante”.
¡Descúbrete siendo este instante siempre diferente! Un fuerte abrazo y hasta la semana que viene. Muchas gracias por formar parte de la tribu de la SuperAcción.
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Fenomenal! Mónica, de nuevo me demuestras como han de ser las actitudes que debemos priorizar en el camino al éxito, yo poseo un descontrol al que estoy combatiendo con tu couching, y va viento en popa! Un gran abrazo y beso !